Subject(s)
Lymphoma, T-Cell, Cutaneous/classification , Lymphoma, T-Cell, Cutaneous/diagnosis , Lymphoma, T-Cell, Cutaneous/etiology , Lymphoma, T-Cell, Cutaneous/genetics , Lymphoma, T-Cell, Cutaneous/immunology , Lymphoma, T-Cell, Cutaneous/therapy , Lymphoma, Follicular , Mycosis Fungoides , Lymphoma, Primary Cutaneous Anaplastic Large Cell , Hypopigmentation , Leukemia-Lymphoma, Adult T-Cell , Lymphoma, Extranodal NK-T-Cell , Panniculitis , Lymphomatoid Papulosis , Prognosis , Sezary Syndrome , Lymphoproliferative Disorders/classificationABSTRACT
El diagnóstico de los linfomas cutáneos tiene importantes implicancias para los pacientes. Tradicionalmente el diagnóstico de cualquier lesión cutánea está basado en criterios clínicos e histopatológicos. Ninguno de estos criterios es absoluto y en los últimos años se ha destacado la trascendencia de la inmunohistoquímica y la biología molecular en relación con el diagnóstico y pronóstico. La inmunohistoquímica permite definir subpoblaciones de linfocitos, estableciendo el fenotipo, categorizando algunos cuadros y destacando en algunos casos el pronóstico a partir del CD30 (+) o (-). La biología molecular define el genotipo, aportando el concepto de monoclonalidad que sugiere malignidad. Por otra parte, proponemos una clasificación de los linfomas cutáneos primarios que ha sido recientemente introducida